
Creación de un entorno activo
El entorno en el hogar puede influir significativamente en los niveles de actividad física de los niños. Crear espacios seguros y atractivos donde puedan moverse, saltar y jugar es el primer paso para motivarlos a ser activos. Esto puede incluir desde designar áreas específicas en la casa para el ejercicio, hasta el aprovechamiento de jardines o patios, si están disponibles. La idea es hacer del movimiento una parte natural y divertida de su rutina diaria.Actividades en familia
Participar en actividades físicas como familia no solo refuerza los lazos afectivos, sino que también establece un modelo a seguir para los niños. Planificar paseos en bicicleta, caminatas por la naturaleza, o incluso sesiones de baile en la sala de estar, son formas excelentes de estar activos juntos. Estas actividades no solo benefician la salud física, sino que también mejoran la salud mental y el bienestar emocional de todos los miembros de la familia.